miércoles, 20 de noviembre de 2013

GABRIEL FUNES: “No Fumes, No te Drogues, Portate Bien en tu Casa y en la Calle, y yo te Entreno"


El sitio web INFONEWS CÓRDOBA publicó la nota de Waldo Cebrero (El Argentino Córdoba) que reproducimos a continuación.

A la tarde, tres veces por semana, el salón principal del Club Unión San Vicente es un hervidero de chicos. Unos cincuenta, de entre 10 y 14 años, saltan la piola, hacen aeróbica, corren y se entrenan. Su presidente, Salvador González, no sale del asombro. Dice que no pasaba hace mucho, y que es por “la novedad”. La novedad a la que se refiere el dirigente es el boxeador Gabriel “La Garza” Funes que, preso desde hace ocho años y en el último tramo de su condena, sale de la cárcel para trabajar enseñando boxeo a los chicos y jóvenes del barrio.
Desde hace un mes y medio, el club es la sede de la primera escuela de boxeo para chicos que tiene la Fundación Bouwer Box, la organización creada por Funes para promover los valores del deporte en las cárceles. El viernes 22, en el club de la calle Río Uruguay 950 de barrio Acosta, Bouwer Box tendrá su velada inaugural: un festival con cinco combates amateurs. Las peleas de fondo serán protagonizadas por dos jóvenes que compartieron presidio con Funes, y aprendieron el deporte en el improvisado gimnasio intramuros que “La Garza” creo en 2008 en el penal.
Federico Luna, “un noqueador”, y Matías “el Loco” Carmona, ambos con libertad condicional, se subirán al ring para “demostrarle a la sociedad, que es reacia y no cree, que podemos reinsertarnos y dar el ejemplo. Somos profesionales del deporte”, dice Gabriel Funes.
“Mirá como guantean estos wachines –exclama, poniéndose en posición frente a un niño flaquito, con guantes gigantes– Un, dos, gancho… un, dos, gancho….”. El niño sigue las indicaciones y suelta el aire por la boca como un boxeador. Macarena, de 14 años, coleccionista de videos de boxeo, dice que “La Garza” es “bueno, divertido y exigente”. “Él se lleva bien con los más chicos, es como uno más de nosotros”, dice, mientras mira al cuarentón jugar con los varones.
Estando preso, “La Garza” pudo saltarse los muros de Bouwer gracias al deporte. Fue el primer boxeador en pelear profesionalmente dentro de una cárcel del país. También fue el primero en salir a boxear, en varias oportunidades. En Bouwer, un lugar hostil donde los presos sólo tienen dos horas de patio por día, creó una escuela de boxeo, que fue la base de la fundación. Ahora, gracias al permiso otorgado por el Tribunal Oral Federal N° 2, Gabriel puede salir a trabar y cumplir sus tareas de semilibertad. El Servicio Penitenciario de Córdoba no tuvo la misma actitud, y le denegó sistemáticamente el permiso para trabajar.
En San Vicente, Funes tiene 50 alumnos. Gracias al aporte de la Agencia Córdoba Deportes pudo comprar algunos elementos para enseñar, como guantes y bolsas. En la cárcel y en el Club Unión San Vicente, la escuela de “La Garza” mantiene los mismos valores: “No fumes, no te drogues, pórtate bien en tu casa y en la calle, y yo te entreno –repite– A los más chicos les digo que primero vayan a la escuela, estudien, y después entrenamos”.
Jorge Moreno, vecino de barrio Maldonado, tiene 30 años y es alumno. Es un “peso ligero” que el viernes tendrá su cuarta pelea amateur. Volvió a entrenar hace un mes y medio, cuando se instaló el gimnasio. “Tengo cinco hijos –cuenta–. A las más grandes les gusta venir acá. Mientras me estudien, yo las dejo. Hacía falta esto en el barrio”, explica.