domingo, 18 de mayo de 2014

NATALIA "COBRITA" AGUIRRE: "Tengo un Estilo Raro"


El diario "LA VOZ DEL INTERIOR" publicó en su suplemento digital "MUNDO D" la nota de Andrés Mooney que reproducimos a continuación.

La cordobesa, nueva campeona sudamericana, reconoce que su forma de combatir es muy personal. A los 24 años, quien comenzó jugando al fútbol con varones le apunta al título del mundo.
Quiere romper con las ataduras. Ama la libertad. Vino a decir que los libros clásicos pueden esperar, que el boxeo se puede practicar de otra forma. Con las manos debajo de la cintura y alejada de la tradicional guardia que pretende indicar desde dónde deben partir los golpes y cómo hay que defenderse, Natalia Vanesa del Valle Aguirre irrumpió en el pugilismo nacional y, con apenas 10 peleas, se consagró campeona sudamericana superpluma y espera por una chance mundialista.
Ensaya risas y gestos burlones. Se recuesta contra las cuerdas y envía desde ángulos impredecibles. Es zurda, pero de a ratos se planta como diestra.
“Tengo un estilo raro. Me gusta sacar un poco de todos los boxeadores que fueron campeones del mundo, pero el que siempre me gustó fue Nicolino Locche. Quiero pegar y no recibir. No me gusta tanto el ‘tome y traiga’”, asegura quien el sábado por la noche, en el Anfiteatro de Villa María, capturó el título sudcontinental al vencer a la carlospacense Soledad Capriolo en fallo unánime.
Potrero. “Es una chica que disfruta, que camina muy bien el ring. Maneja todas las distancias, sorprende con cambios de guardia y te pega manos que no esperás nunca, por eso a las rivales se les hace tan complicado enfrentarla. El suyo es un boxeo distinto, alegre, que le gusta a la gente”, describe Alberto Gómez, su entrenador que la acompaña desde que era boxeadora amateur. Sin embargo, lo de Aguirre no es exclusivamente estético.
La hija del “Tommy” (Miguel Ángel Antonio, excampeón sudamericano crucero y argentino de la desaparecida categoría supercrucero) también es dueña de una buena dosis de picardía: amarra, traba el guante de sus rivales, e intenta ganar la lucha psicológica antes que la deportiva. Y esa viveza de potrero parece haberla mamado con una número cinco en los pies.
“A los 7 años empecé a jugar al fútbol y dejé hace poquito. Hasta los 14 jugué en ligas con varones. Después empecé con las chicas, en el club Medea. Es un deporte que me encanta”, cuenta quien jugaba “de 11”.
– La tuya es una familia de boxeadores. ¿Eso ayuda o es una presión extra?
Con mi papá a veces tenemos peleas porque él quiere que boxee a su forma y yo creo que no estoy para eso, sino para hacerlo a mi estilo. Pero más allá de esas discusiones chicas, tenemos una muy buena relación. De 10 hermanos que somos, la única boxeadora era yo. Pero ahora debutó como amateur Priscila, de 17, que sigue mis pasos.
– Le ganaste a una campeona mundial como Victoria Bustos. ¿Para cuándo tu pelea por título universal?
Ese es mi mayor sueño: pelear un título del mundo. Haber ganado el sudamericano me abre cada vez más puertas y me dijeron que me van a dar la oportunidad de ir por el del mundo, que es lo más importante. Ojalá que sea pronto.
“La Cobrita” avanza a paso firme y acaricia el duelo por la faja universal. Con su juventud y un largo camino por recorrer, se atreve a soñar en grande. “Vamos a llegar muy lejos”, jura su D.T. Y a ella, una rebelde con causa, ni se le ocurre contradecirlo.