viernes, 6 de febrero de 2015

SALZANO Y LOS TEMAS DE BOXEO


El diario "LA VOZ DEL INTERIOR" publicó la nota de Elbio Ibarra Preti (Fotografía de Facundo Luque) que reproducimos a continuación.

“Me entreno como un pugilista”, dejó escrito el último poeta de Córdoba. En realidad, no hacía más que rendir su admiración al universo de boxeadores. Él decía: “El boxeo estaba lleno de sonidos, por lo menos yo le he sacado mucho jugo en la escritura al esfuerzo físico”. Definía con puntería el golpe recibido por el alma sobre el ring, describía el vestuario minimalista, comentaba el sainete de la mercadotecnia publicitaria y en la batalla descubría los personajes fugados de Hollywood. Daniel escribió con la contundencia de un gancho al mentón. La cuestión mueve la anécdota jocunda de un amigo con elevada autoestima. “Voy a escribir un libro que se llamará ‘Yo y el automovilismo’”, confesó sin rubores ya que el orden de los factores no altera el producto (a menos que supere el reconocimiento popular).
Lectura. Circula en las librerías un libro maestro alusivo al deporte, escrito por Daniel Salzano. De 72 temas tratados, 14 se ocupan de boxeo. El dato no hace más que refrendar la veta del boxeo que alimentó a la plástica, la literatura, el cine. Por las páginas del libro desfilan los protagonistas (“esperan el resultado un encendedor, un bolso y una muñeca”), Firpo (“campeón del mundo un ratito”), Don King (“las buenas historias del boxeo son en blanco y negro”), Monzón (“decí negocios: -Negosio”), Moli Uno (“vendetta que nos cobramos en el parque de diversiones de la vida”), Pascualito (“dividió el tiempo en antes y después”), Foreman (“carne de cañón que creía que todo era voluntad del Señor”), Locche (“el primero en pelear sin manos”), ­Gatica (“nunca fue campeón de nada pero actuó como si fuera campeón de todo”), Coggi (“aprisionó el sobrenombre ‘Látigo’ y ya nadie puede usarlo”), Leonard (“el pasado no termina nunca de pasar”), Robinson (“terminaba la pelea sin dejar de bailar en punta de pies”), Tyson (“emplea los días previos a la pelea en gastar 150 mil dólares de un saque”), Giné (“la derecha entraba en la punta de la nariz del adversario”), Bonavena (“Clay era mejor pero no podía usar sus calzoncillos”) y Moli Dos (“faltos de gloria, nos vendría muy bien gritar algo, cualquier cosa, un largo rato”). No hay caso, después de hurgar a fondo el pozo del pugilismo se concluye que el periodismo, zurdo o diestro, está hecho por periodistas principiantes, avezados e iluminados.
A mano. Tengo el libro de Salzano. Se llama “DANIEL SALZANO y el deporte”.